Todo empezó con un descubrimiento sorprendente. En las instalaciones de KAEFER en Jarrow (Reino Unido), el equipo pensaba que la seguridad estaba bajo control. Pero entonces, durante un proyecto piloto con un sistema basado en IA, apareció algo inesperado en los datos: Las manos de los trabajadores se acercaban con frecuencia peligrosamente a los rodillos metálicos giratorios, hasta cinco centímetros. No era algo malintencionado. Ni siquiera negligencia. Era simplemente… … sin más. Un accidente silencioso que ocurre más a menudo de lo que crees.
Fue entonces cuando SI nos sorprendió.
No se trata de una historia sobre el control de la inteligencia artificial o sobre la ilegalización de la vigilancia. Trata de la curiosidad, la colaboración y la sorprendente forma en que una pieza de tecnología se ha convertido en tema de conversación: una herramienta para mejorar el trabajo en equipo y una nueva perspectiva de la seguridad.
Una idea nacida de la curiosidad y el compromiso
Todo empezó con una pregunta de Michael Sturm, jefe del equipo de HSEQ de la empresa: ¿Y si la inteligencia artificial pudiera ayudarnos a ver lo que nos estamos perdiendo? Como parte de su trabajo continuo para encontrar nuevas tecnologías y proveedores que pudieran hacer avanzar a KAEFER de forma innovadora, ya había analizado el mercado. Así identificó a Veunex, un proveedor de vanguardia con una solución prometedora.
El verdadero reto, sin embargo, no era encontrar la tecnología. Fue encontrar un sitio que estuviera preparado para emprender algo tan nuevo y potencialmente controvertido. KAEFER Reino Unido e Irlanda fue la elección correcta. No porque todo fuera perfecto, sino porque tenían el enfoque adecuado: maduro, abierto y dispuesto a probar cosas.
El proyecto piloto se puso en marcha en nuestro taller de Jarrow, donde trabajan unos 60 compañeros. Durante doce semanas, el sistema de inteligencia artificial analizó comportamientos como el uso de guantes, la distancia de seguridad con vehículos y equipos giratorios, el uso de barandillas y el mantenimiento general de las salas. Todo ello bajo la atenta mirada, pero no crítica, de la inteligencia artificial.
¿Escepticismo? Por supuesto que sí. Pero esto es lo que hizo cambiar de opinión a la gente.
Seamos sinceros. ¿La primera reacción? “El Gran Hermano nos vigila”. Es la naturaleza humana. Lo desconocido suele verse como una amenaza.
Lo que lo cambió todo no fue el sofisticado panel de control ni el mandato corporativo. Fueron las personas las que cambiaron.
Eve Bellingham, consultora de gestión de HSE en KAEFER Reino Unido e Irlanda, sabía que la confianza no se puede exigir, sino que hay que ganársela. Por eso creó un comité de AI. No está formado por directivos, sino por voluntarios. Compañeros de trabajo, hombres y mujeres. Personas de la misma edad. Gente que entiende el trabajo porque lo hace.
Comité de AI: Carl Roberts, Eve Bellingham, Liam Clough, Adam Ivison, Paul Graham
Las dos primeras semanas se dedicaron a entrenar el sistema de inteligencia artificial: las cámaras a veces interpretaban mal las escenas, como la ubicación de las máquinas, o no veían los guantes protectores de colores. En ese momento, el comité de inteligencia artificial entró en acción. Se reunieron, analizaron los datos, sugirieron correcciones prácticas y diseñaron proactivamente la configuración del sistema.
Se dieron cuenta de que la inteligencia artificial no estaba ahí para sorprenderles, sino para reconocer lo que no podían ver. Y cuando se dieron cuenta de esto, el sistema se convirtió en una herramienta. Una herramienta corriente.
¿Cómo sería un ejemplo? AI denunció la peligrosa proximidad de carretillas elevadoras en el exterior del taller. El resultado no fue una reprimenda, sino una solución: se instalaron barreras de seguridad y chalecos reflectantes. Más seguridad, juntos.
De los datos al diálogo
¿Uno de los efectos más importantes? El sistema se ha convertido en una fuente de diálogo. Los responsables de salud, seguridad y medio ambiente suelen tener poco tiempo para organizar talleres. AI colmó las lagunas y proporcionó datos objetivos que desencadenaron un verdadero diálogo, no sólo sobre los riesgos, sino también sobre los éxitos.
¿Resultados tras sólo ocho semanas?
- 45% Mejora general del comportamiento en materia de seguridad
- Aumento del 13% en el cumplimiento de los equipos de protección individual
- 30% Mejora de la gestión financiera
- Reducción significativa de los comportamientos de riesgo, especialmente en torno a la maquinaria.
Este sistema no está diseñado para castigar los errores, sino para recompensar las prácticas seguras. Los cuadros de mandos no sólo señalan los problemas, sino que también destacan lo que va bien. Los equipos podían ver con qué frecuencia golpeaban, con qué frecuencia llevaban guantes, con qué frecuencia se mantenía la distancia y con qué frecuencia se limpiaban los corredores.
Este cambio de atención de lo que no iba bien a lo que iba bien dio lugar a conversaciones reales sobre hábitos de seguridad. Los empleados empezaron a asesorarse mutuamente de forma proactiva, y los riesgos que antes pasaban desapercibidos se hicieron visibles y gestionables.
“No se trata de tener menos trabajo,” explica Eve, “sino de hacer el trabajo más inteligente y eficiente. La inteligencia artificial genera datos, pero las personas los utilizan para mantener conversaciones significativas y cambiar comportamientos.”
El sistema no sustituye a la experiencia, sino que la mejora. Convierte los datos en diálogo, las tendencias en momentos de formación y los posibles puntos ciegos en planes de acción. Y lo que es más importante, ayuda a que las personas se den cuenta por las razones adecuadas, no solo cuando algo va mal, sino también cuando algo se hace bien.

Privacidad, ética y confianza desde el principio
El temor al registro está justificado. Por eso se incorporó la transparencia en todas las fases del proyecto. Durante la fase de aprendizaje del sistema, que duró 14 días, se analizaron secuencias de vídeo para entrenar a la inteligencia artificial. ¿Qué aspecto tienen las caras? ¿Están simplemente borrosas? ¿Datos biométricos? No se recogieron. ¿Cómo se almacenan? Limitados a 24 horas, sólo durante la formación. Una evaluación independiente del impacto de la protección de datos confirmó que todo se ajustaba a RODO y a las mejores prácticas del sector.
Las grabaciones se cancelaron posteriormente. Sólo se utilizaron datos anónimos.
Es importante recordar que la Comisión IV es un perro guardián. La voz de los ciudadanos. Y lo ha conseguido.
¿Cuál es el siguiente paso?
Después de Jarrow, el sistema se está utilizando ahora en otros lugares del Reino Unido: andamios, naves de producción, plantas industriales. Cada entorno es diferente, al igual que los retos de seguridad. Pero la principal ventaja es la misma: la visibilidad. Esta tecnología no trata de control, sino de capacidad. Se trata de dar a equipos maduros con una sólida cultura de seguridad las herramientas que necesitan para ser aún mejores.
En el futuro, la inteligencia artificial podría incluso ayudar a optimizar los procesos: Detectando patrones en la forma de moverse de las personas, reconociendo ineficiencias y apoyando iniciativas LEAN. No se trata de una solución milagrosa. Sin embargo, es una pieza importante del rompecabezas.
Reflexiones finales: una herramienta, no una amenaza
Michael Sturm, responsable de HSEQ de la empresa, tiene una visión: la introducción gradual de nuevas tecnologías para ayudar a los empleados. “Veo estas herramientas como una forma de promover una actitud positiva hacia la resolución de errores mediante la colaboración, en lugar de demonizarlos”, afirma Michael.
¿Cuál es una de las mayores ventajas de la inteligencia artificial? Su precisión. Genera datos exactos e imparciales, libres de interpretaciones humanas, suposiciones y observaciones incompletas. De hecho, durante el proyecto piloto de Jarrow, el sistema realizó en una semana tantas observaciones de seguridad como las que normalmente se registran en el Reino Unido e Irlanda en todo un mes. Esto demuestra el poder de una visión evolutiva y coherente.
Este proyecto demostró lo que es posible cuando te guías por la confianza, implicas a tu personal y mantienes la curiosidad. Y sí, el escepticismo es natural. Pero si le das una oportunidad, si analizas la situación en su conjunto, puede que encuentres lo mismo que Jarrow.
A veces una mirada fresca es la mejor herramienta de seguridad.
Nota: Creado por personas, con un poco de ayuda de gen AI. Este artículo combina la visión humana, la narración y las herramientas digitales inteligentes para dar vida a las historias de KAEFER.
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